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Un Intercambio y una Pandemia (An Exchange and a Pandemic)

Updated: Nov 14, 2020

English Translation Provided*

Por: Katty Yañez Capurro


Ahora voy a contar una experiencia personal. Me llamo Katty Yañez, soy una estudiante Peruana. El año pasado mi familia y yo nos pusimos como objetivo el que yo pueda hacer un intercambio. Lo discutimos y pusimos todos nuestros esfuerzos para que yo pueda viajar a Brasil y tener una experiencia internacional. Todo el proceso fue analizado y planeado, sin esperar que hubiera una pandemia este año. Recuerdo que cuando llegué a Brasil, los contagios solo eran en Asia y Europa, muchos tenían la esperanza que el virus no iba llegar a los países de América, pero llegó. Vivo en una ciudad llamada Chapecó en el estado de Santa Catarina, al sur de Brasil. Tuve un poco más de un mes de clases presenciales, apenas conocí a mis compañeros, conocí muy pocos lugares y pude practicar un poco de Portugues e hice algunos amigos.


La universidad me asignó un apartamento, donde conviví con otros 4 alumnos de intercambio, cada unos de nosotros con una expectativa diferente de cómo sería nuestro intercambio. En total éramos un grupo de dos peruanas y cinco colombianos, considero que éramos un grupo muy animado, nos gustaba salir y hacer muchas cosas. Por ejemplo íbamos a discotecas, bailabamos en la casa y jugábamos juegos de mesa. La cuarentena empezó la primera semana de Marzo, las recomendaciones que dio la prefeitura de mi ciudad fueron que no salgamos de casa y que también usemos alcohol en gel, después cerraron todo y solo se salía con con mascarillas a la calle. Al comienzo de la cuarentena pensamos que iba a durar dos meses, pero poco a poco se fueron nuestras esperanzas, teníamos la ilusión de ir a las cataratas de Iguazú (Foz do Iguaçu) para semana santa o ir a las playas de Florianópolis, pero ninguno de esos planes pudo ser realizado, pero tenernos era saber que había otras 6 personas que pasaban por lo mismo que uno mismo está pasando. Con el paso del tiempo, la cuarentena comenzó a ser más difícil, comenzábamos a hablar sobre nuestras familias y amigos, nuestros planes, nuestros países, la universidad. Los días cambiaron, comenzamos a tener días tediosos, muchas veces nos levantábamos sin ganas de nada y solo vivíamos la rutina, la mayoría del tiempo estábamos en nuestras habitaciones. En particular, yo siempre sentí que podía hablar de lo que fuera con mis compañeros de intercambio y que ellos podían hablar conmigo también, ellos fueron un buen apoyo en esta situación.


Cuando la universidad nos dio la opción de solicitar vuelos humanitarios ninguno lo pensó más de dos veces. Fue muy difícil conseguirlos vuelos humanitarios y tampoco es muy barato. Solo tres de nosotros consiguieron regresar. Y los que quedamos no vemos el momento de ver a nuestras familias. Puedo decir que, si la pandemia no hubiera ocurrido, ninguno de nosotros hubiera tenido tantas ganas de regresar, porque esta es una ciudad maravillosa con gente increíble y con tantos lugares por visitar, solo quedaron los sueños de conocer otros lugares y la cultura.


A pesar de esta situación, estoy muy feliz de haber conocido a personas tan geniales y tener esta experiencia para un futuro, también estoy muy agradecida porque no nos pasó nada durante todo este tiempo. Solo me queda la ilusión de volver a verlos en el futuro y recordar esto como una de nuestras experiencias más extrañas.



 

English Version


An Exchange and a Pandemic

By: Katty Yañez Capurro


My name is Katty Yañez, and I'm a Peruvian student. Last year, my family and I put all of our strength together so that I would have an opportunity to study abroad In Brazil. We had been planning for months. The whole process was prepared and analyzed without the factor of a Pandemic happening this year. I remember when I arrived in Brazil, there were only infected people in Asia and Europe. A lot of people hoped the virus would not come to America's, but it did. I live in a city called Chapecó in the state of Santa Catarina, in southern Brazil. I only had about a month of classes; I had barely got to know my roommates and only got to visit a few places. I did, however, have the chance to practice learning Portugues and make some new friends.


The university assigned me an apartment, where I lived with four other exchange students, each of us with a different expectation of how our exchange would be. In our exchange, there was a group of two Peruvians and five Colombians. We were a lively group as we liked to go out and do many things. For example, we went to discos, danced at home, and played board games. The quarantine began the first week of March. The prefeitura (City Hall) gave recommendations not to stay indoors and use alcohol gel (hand sanitizer) before and after entering any place. They closed everything and only went out with masks on the street. At the beginning of the quarantine, we thought it would last two months, but our hopes were gone little by little. We had the hope of going to Foz do Iguaçu (Iguazu Waterfall) for Semana Santa (Easter) or going to the beaches of Florianópolis, but none of those plans could be carried out. However, having them as a group was like knowing that six other people were going through the same situation as me. As time passed, the quarantine became more difficult. We began to talk about our families and friends, our plans, our countries, the university. The days soon became more tedious. Many days we woke up with little motivation and spent most of our quarantine days in our rooms. In particular, I always felt that I could talk about anything with my exchange partners and that they could talk to me too. They were good support in this situation.


When the university gave us the option of requesting humanitarian flights, no one gave it a second thought. It was challenging to get them, and it isn't very cheap either. Only three of us made it back. And those of us, who remained in Brazil, couldn't wait to see our families. I can say that, if the pandemic had not happened, none of us would have wanted to return home this much because Chapecó, Brazil, is a beautiful city with incredible people and with so many places to visit. However, I was home; the dreams of traveling remained.


Despite this situation, I am delighted to have met such great people and to have this experience for the future. I am also very grateful that nothing happened to us during this challenging time. I hope to see my exchange-group friends again in the future, so one day we can look back and reminisce on this experience.



Aquí una foto de nosotros en la casa de una familia Brasileña.

(Here’s A photo of us with a Brazilian family)


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